Por Salvador Hernández LANDEROS.
Mientras los incendios forestales acechan sierras y cerros de NL, los candidatos a la gubernatura y otros cargos de elección, solitos, se están quemando.
Ni a cuál irle. Unos hablan de obras faraónicas; falsas promesas. Pero no se asoman a la realidad y, para llamar la atención, actúan en forma imprudente.
El Estado está en riesgo y lo prevén. La reciente helada invernal polar quemó y secó hierba y corteza de árboles que quedaron como “mecheros de yesca”.
El devastador incendio forestal en el municipio de Santiago, podría extenderse hacía la Sierra Madre y terrenos vecinos. Ya arrasó miles de hectáreas.
Hace años, el combate a los incendios era tarea del Ejército Mexicano y el PLAN DN III con brigadistas forestales de la Secretaría de la Reforma Agraria.
En el sexenio de Salinas se creó Protección Civil. Aquí en NL se convirtió en negocio productivo durante 15 años con Jorge Rincón Camacho al frente.
Sin desviarnos de los candidatos, estos andan ofreciendo más hospitales, tecnología en seguridad, más Metro y obras para las cuales no hay dinero.
Con el coronavirus nos exhibimos. El Covid-19 nos agarró con los dedos en la puerta. La infraestructura en salud ha sido insuficiente y aún no aprendemos.
Ojalá que quien gané la contienda electoral tenga la visión para prever lo que pudiera ocurrir en zonas con edificios con más de 50 metros de altura.
Que elimine patronatos e integre a los bomberos a Protección Civil. Y Cobrar por los edificios un impuesto especial para el sostenimiento de la institución.
Y lo que hizo Clara Luz, confirma a los erráticos asesores. Y debe despedirlos con un grito. “Que vengan los bomberos que me están quemando”.
