La Rodografía de Santini.

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Víctor Hugo Lujan Aguirre.

Rodolfo Santana Guzmán/KW Noticias.

 

#RODOGRAFÍA.

 

 

En tiempos en que nacía una nueva camada de reporteros, en los noventas, llegó a la redacción de El Diario de Monterrey, Victor Hugo Lujan Aguirre, el mismo que no tenía faltas de ortografía al escribir con luz.
Uno de los mejores camarógrafos que haya conocido en mi vida, tan escabrosa y llena de rimbombantes falacias. (En ésto último sí me mamé, pero así lo voy a dejar, punto se chingó).

Precedido del apellido Luján, de los más reconocidos y queridos en la empresa Protexa, les puedo asegurar que no llegó asustado.
Mi compadre Luján, es el resultado de la cruza de Hulk, Godzilla y La Mole de los 4 Fantásticos, pero con la voz de Tatiana y la gracia del payaso Tolocho, poquito empinadín.

Me tocó verlo llegar a jugar a ser reportero y con el tiempo se pulió y fue camarógrafo estelar el TV Azteca. Sin embargo, Víctor no tiene la paciencia ni la iniciativa de lamerle las botas a nadie (dije botas, no bolas, eh?, aclarando).

Su falta de sometimiento le pareció mal al nefasto y lameculos de Óscar Salcedo, la cagada más grande de TV Azteca. Ése que decía que si había un toro, era lógico que hubiera una tora…
Sí, aguevo…

Ya Santi, ya pasó…ya pasó, respira, tranquilo porque te pones viejito…ya bebé, ya…

Ok, sigamos:
Los mejores recuerdos que tengo de mi compadre, no son de trabajo, sino de cuando la rachita negra azotó en su vida y aún así, no bajó los brazos ni la voz. No sé dobló, y créanme, lo que le sucedió era para ya no estar en éste mundo.

Sentado, con ambos brazos extendidos y sus manos entrelazadas, siempre miraba fijo con la cabeza inclinada levemente hacia la derecha. Síntoma inequívoco de que buscaba las respuestas que no tenía, al tiempo que respondía lo que no se le preguntaba.

Éste grandote, no de Cerro Azul, sino de Santa Catarina, es un amigo chingón.

Luján te puede explicar pieza por pieza los componentes de una cámara, sea cual sea, pero no le pidas que te explique algún versículo de La Biblia, porque terminará pareciéndose a las canciones de Ricardo Arjona y sus extrañas letras.

Con un genio de la chingadita, dedos de maquinista y pies de pan francés del HEB, Luján sobresale por su corazón igual de grande que su talento.
Donde quiera que estés, se te extraña amigo.

Quizá no tuvo las palabras ideales para decirle a sus hijos y a su esposa cuánto los amaba, pero me consta que se partía la madre para llevarles sustento y crecieran como personas.

Cuántas veces, amigo, nos quedamos sin comer? Te acuerdas? Preferías guardar para tus niños. Esos son huevos cabrón.

Una cosa que siempre te admiré y lo confieso: nunca te vi bajar la cabeza. Eso mi amigo, eso te hace diferente. Eso te hace mi hermano.

Abrazo eterno.