Por Salvador Hernández LANDEROS.
Aún no es invierno, pero dicen que quien anda helado, paleta, es el propietario del PT, Alberto “Beto” Anaya, fundador del Frente Popular Tierra y Libertad..
Cuentan que AMLO le aplicó a “Beto” un veto que hasta los regios resintieron al perder “una bella tradición”, como la marcha del “2 de octubre no se olvida”.
Puede ser que esa marcha, iniciada hace más de tres décadas, se suspendió por ese veto, o bien, porque Alberto Anaya perdió el registro del PT en NL.
Sobre el veto presidencial, dicen, que todo empezó porque en las elecciones del 6 de junio, el Partido del Trabajo no obtuvo ninguna posición. Perdió todo.
Después, trascendió en columnas políticas que tanto el PAN como el PRI, mañosamente o legalmente, le iban a compartir tres diputaciones locales.
De ese movimiento, los “Siervos de la Nación” aquí en NL, enteraron lo que supuestamente se estaba preparando para que el PT sirviera al PAN Y PRI.
Que la reacción del presidente Andrés Manuel no se hizo esperar. A través del INE mandó a “Beto” un calambre de casi 120 millones, pero no de kilowatts.
El INE le revivió lo que orilló que la esposa de “Beto” Anaya, se refugiara en un lugar secreto para no ser procesada por un presunto desvío financiero.
De acuerdo con autoridades electorales, se planteó aplicar una multa de $120 millones al PT al considerar que usaron $59 millones para actos proselitistas.
Lo anterior viene desde octubre del 2017, cuando la antes PGR, destapó la cloaca millonaria de los líderes del PT, hecha a través de sus CENDIS.
Alberto Anaya salió a declarar que no había delito alguno, que ese asunto estaba aclarado, pero se le olvida que “papelito habla”. Cuestión de mostrarlo, Punto.