Por Salvador Hernández LANDEROS.
La propuesta del senador Víctor Fuentes Solís, de no abaratar
al PAN suena congruente, pero a él hay que ubicarlo en tiempo y espacio
El senador llegó a la Cámara Alta de “puro milagro”. No por mayoría, sino por el principio de minoría; tiene 45 años y desde los 22 anda en el PAN.
Desde el 2000 apareció en las nóminas oficiales en San Nicolas de los Garza,
ninguna privada, dando su apoyo a los candidatos o alcaldes de ese municipio.
Trabajó con Jorge Luis Hinojosa, Fernando Larrazabal, Miguel Ángel
García y Zeferino Salgado. Apoyó a Carlos de la Fuente y Pedro Salgado.
Llegó a la alcaldía en el 2015. Sus antecesores, Carlos y Pedro, fueron muy cuestionados por actos de corrupción y fue como una “tapadera” de ellos.
El PAN fue reconocido por su oposición hasta que “ganó” la elección de 1997 con Fernando Canales y, Víctor, asumió como líder juvenil, en San Nicolás.
A partir del milenio, aparecieron en los cargos públicos, Del Regil, “Chema” Elizondo, Felipillo, Maderito, Margarita y otros que abarataron al PAN.
Así que, el proponer que en las elecciones del 2021 no se “abarate al PAN”, parece ser una acción que vox populi conoce como “escupir pá arriba”.
Así que, Víctor Fuentes, en una forma u otra es parte de ese abaratamiento
político que existe en las filas del otrora honesto Partido Acción Nacional.
Un día antes de la propuesta del senador, Clara Luz, Tatiana y Samuel, fueron mencionados como posibles candidatos de sus partidos en alianza con el PAN.
Si con ello el panista pretendió descalificar a esos adversarios políticos, debe tomar en cuenta que, en el PAN, como “el agua y el aceite”, ya se mezclaron.
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