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Reza el dicho popular: “Con esos amigos pa’ que quieres enemigos”, y viene a colación porque Héctor Morales Rivera, amigo y compañero de trabajo de César Garza Villarreal, fue humillado de nueva cuenta, al quedar solamente como el encargado del despacho, mientras Garza Villarreal, se va una semanita de ” vacaciones”, en lo que termina la campaña y también la elección.
Y es que además de las burlas directas como aquella de que compró un traje negro para tomar posesión como alcalde interino, Héctor Morales Rivera, ha tenido que “apechugar” los desprecios, humillaciones y todo lo que puede ejercer su amigo César Garza Villarreal en su contra, para seguir cobrando como secretario de ayuntamiento, mientras regresa su patrón a la silla.
O es mucha la necesidad de “servir a la comunidad”, por parte de Morales Rivera o de plano prefiere seguir aguantando que Garza Villarreal lo humilde para no quedarse sin trabajo de aquí a octubre que termina la administración
Aunque bueno, si de amigos se trata, pues sabemos que César Garza Villareal prefiere sacrificarlos y que le llamen rajón, para poder cumplir con otros compromisos como los que tiene con Raymundo Flores, el “Vito Corleone” de la política en Hampodaca.
Otros amigos a los que les va a quedar mal porque ya no es alcalde, van a ser a los dueños se la casa de rehabilitación de la colonia Artemio Treviño, dónde hace poco más de un mes, fue asesinado a golpes un interno y ahora se le amotinaron los viciosos, la madrugada del domingo, con saldo de varios heridos, y todos, sin excepción, abandonaron dicho centro de Rehabilitación, causando perdidas de más 75 mil pesos semanales que les dejaban de ganancias a los amigos de César Garza Villarreal.
Esperemos que ahora sí el Doctor José María Cantú Cantú, ponga orden en esos centros de rehabilitación, que le deja jugosas ganancias a los amigos de su jefe, aunque bueno, no tenemos nada que contarle al Doctor Chema, pues ya en una ocasión vivió un episodio de la muerte de un vicioso, hace algunos años, en un local de este tipo en el centro de Monterrey, siendo también cuestionado en una administración Escobedense dónde fue el mero mero de la policía en el pasado.
