Por Salvador Hernández LANDEROS
Alejandro Junco de la Vega, Presidente del Consejo del periódico El Norte, es,
como otros, un “héroe de mil batallas” al defender la Libertad de Expresión.
Desde el inicio de los 70as ha librado presiones del sistema político mexicano.
Nunca ha renunciado a luchar por la libre empresa periodística.
Lo mismo ha hecho Rodolfo, su hermano, pero es él quien ha dado la cara.
Lo han atacado en diferentes frentes al tratar de callar al Grupo Reforma.
Hoy enfrenta con las autoridades estatales una batalla, disfrazada ésta, con
el propósito de evitar los contagios cerrando comercios los domingos.
Para el dueño de El Norte es una batalla simple. Salió vencedor, cuando en la
hoy CDMX, le armaron un complot para evitar la venta del Reforma.
Las relaciones actuales, con el gobernador Jaime Rodríguez, no son diferentes a los de aquel entonces. Ni tampoco están al mismo nivel institucional.
El gobernador, empecinado en su estrategia sanitaria, ordenó el cierre de los Oxxo, Seven y otros comercios, según él, no esenciales durante el día domingo.
En Nuevo León hay cientos de tiendas de conveniencia a donde los lectores
de El Norte acuden a comprar la edición dominical, pues no son suscriptores.
Cuando la Unión de Voceadores no apoyó el voceo del Reforma, Junco de la
Vega salió a ofrecer el ejemplar apoyado por editorialistas y reporteros.
Son tiempos distintos, pero, muy disfrazado, “El Bronco” le está pegando en la economía de esa casa editora. Es un golpe bajo, donde más duele.
Alejandro Junco no se queda de brazos cruzados y puede calar la lealtad de
consejeros, editorialistas y reporteros, sacándolos a la calle a vender El Norte.
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