Por Salvador Hernández LANDEROS.
Sale y va corriendo. Tal y como se los dijimos en la primera y segunda parte, la migración de panistas a Movimiento Ciudadano, se dieron y se seguirán dando. Y también del PRI.
Les dijimos que un “tiburón” priista dará la sorpresa para llegar el 24 al Senado y sigue firme. Lo de Héctor García, fue un madruguete para bloquear a un “retoño” que quiere heredar en Guadalupe.
La “cereza del pastel” de toda la estrategia que trae FE será cuando Miguel Treviño, alcalde de San Pedro Garza García, migre a MC más o menos en septiembre, cuando y a lo mejor lo hace mañana.
Todo es cuestión de lo que considere Fernando Elizondo Barragán, quien es el líder moral de Movimiento Ciudadano, partido que él ha formado y posicionado desde que se integró en el 2015.
Elizondo es patrón. Toda su vida ha sido patrón. Tanto en lo privado como en lo oficial. Y desde los 18 años anda metido en la política de Nuevo León y desde los 22 años ha enfrentado quebrantos.
Sin ser militante del PRI, al igual que su hermano Eduardo, apoyaban a su papá, Don Eduardo, quien dimitió en junio de 1971. Bajó el perfil político hasta 1997 que regresó como tesorero.
Sin embargo, por más que se cuiden las formas, en NL se ve algo similar como en la época del “Maximato”, cuando se decía: “Aquí vive el presidente, pero el que manda vive enfrente”.
Samuel García, constitucionalmente es el gobernador, pero actúa como “Og Mandino”. Lo suyo es vender imagen y proyectos, pero Elizondo Barragán es quien administra, planea y ordena.
¿Por qué creen que Carlos Garza Ibarra es el tesorero en la actual administración.
¿Se acuerdan como se llamaba el coordinador general de la campaña de FE para gobernador en el 2015?
En ese año, en el 2015, Samuel García fue impulsado por FE para llegar a diputado local y en el 2018 lo proyectó como candidato al Senado, llevando como suplente a Luis David Ortiz Salinas, actualmente Senador.
La renovación partido-política en NL está en marcha con miras al 2024, aunque Samuel desentone y se atropelle en su palabrería. Y el que entendió, entendió.