Una mañanera en un mercado.

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Por Salvador Hernández LANDEROS.

Algún colaborador del presidente López Obrador debe tararearle la canción de Cornelio Reyna. Esa que dice: “Me caí de la nube en que andaba”.

Así mismo, aconsejarle que una “mañanera” la traslade de Palacio Nacional hacia cualquier mercado popular para que palpe la economía que se vive.

En CDMX, puede ir al barrio de Santa Julia, al mercado La Curva, ubicado en la colonia Anáhuac, (Pensil) y de paso, palpar la inseguridad que existe.

También al mercado de La Merced, de La Lagunilla o la colonia Guerrero. Ahí va a vivir la real economía de los mexicanos. Ya no llenan la canasta básica.

Qué en el mercado, con los marchantes, ofrezca a los consumidores el tomate, papa, el aguacate, el huevo, frijol, el melón y, sí le alcanza un poco, el chile.

Y que cuando coma, se entere que el kilo de aguacate fluctúa en 56, 64 o 70 pesos. El tomate a $34 el kilo y la tapa con 30 huevos está en $60.

Los frijolitos con chile, que siempre ha sido el alimento del mexicano, ya no está en la canasta básica. El chile, aumentó 138 % y el kilo cuesta 53 pesos.

En “su economía populista” tiene adormilados a millones de mexicanos que reciben el apoyo de $3 mil cada dos meses con su programa de “68 y más”.

Un matrimonio joven con dos hijos de 10 y 12 años, tiene que pagar agua, luz y gas. Vestirlos y comer sopa, frijol, huevos, tomate, leche, tortillas y pan.

Ya tiene tres años de andar por las nubes, que trabaje como presidente y deje sus peleas con los conservadores y “fifís”. Ya no anda campaña, como antes.

El presidente debe poner los pies en tierra firme. Su hueco discurso de apoyo a los pobres, hablando al costoso chile, ya no cabe en tiempos actuales. 

chavalolanderos@yahoo.com.mx