Por Salvador Hernández LANDEROS.
Hace días no se sabía de la existencia de Luis Ortega Guerrero y mucho menos se le conocía. Ahora se sabe que es un desempleado de una empresa regia.
Se le conoce por fotografía, (se supone que es él), que se publicó el 8 de junio en un periódico local en un desplegado que menciona su separación del cargo.
En el comunicado dice: “fue separado de la organización y de su posición como gerente de la Planta Porcelanato de nuestro negocio”. (sic)
Así mismo dice: “se comunica a los clientes, distribuidores, proveedores, autoridades (¿judiciales o laborales?) y a la comunidad en general”. (sic)
“Por lo anterior, se deslinda y no se hace responsable por las acciones que pueda llegar a realizar (el ex empleado) o empresas relacionadas con él”. (sic)
Por el texto del comunicado, hace pensar que en la relación laboral entre la empresa y el ahora ex empleado debió existir “algo” que pudo causar enojo.
La empresa no da a conocer el motivo que hubo para separarlo del cargo, pero para alguna aclaración está su correo. lineatransparencia@lamosa.com.
Ese comunicado, para la comunidad en general, debió contener el motivo de la separación, porque tal vez fue por salud, pero hace suponer causa diferente.
La fotografía expuesta de Luis Ortega Guerrero, en el comunicado de la empresa, puede constituirse en una actuación violenta en sus Derechos.
En cualquier medio de comunicación, impreso o televisivo, la imagen de un presunto se exhibe con un cintillo en el rostro para no violentar sus Derechos.
Si el desempleado estima que es una injusticia el uso incorrecto de su imagen, que violenta sus Derechos, debe pensar lo conveniente. Pero ya fue exhibido.
Olga Susana Méndez Arellano, presidenta de la CEDH en NL, por transparencia tal vez podría aclarar a la comunidad en general, si hubo, o no, una violación.
