Por Salvador Hernández LANDEROS.
Un slogan es una palabra o frase corta, fácil de recordar, original y de impacto que se utiliza con vibrante impulso en la publicidad y propaganda política.
Para una campaña electoral, es una operación de marketing político. Los asesores venden a sus candidatos como si se tratara de simples productos.
Por ello mismo, cada partido político, coalición o alianza, eligen un lema que puede tener varios sub lemas diferentes para destacar sus cualidades.
A principio de 1970 fue cuando escuchamos el slogan político de LEA, candidato del PRI a la presidencia de México que decía: “Arriba y Adelante”.
A partir de ahí siguieron los de varios presidentes. “La solución somos todos” “Renovación Moral”, “Qué hable México” y “Bienestar para la familia”.
A la vuelta de 50 años comprendimos la proyección y también la desilusión de algunos slogans. En su tiempo, el País si estuvo “Arriba y Adelante”.
El siguiente cambió a “La corrupción somos todos”. En lugar de “Renovación Moral”, fue de morral. Después nadie habló en México y no hubo bienestar.
Los asesores del equipo de un candidato realizan los lemas de acuerdo a lo que se vive en ese momento o, bien, para lo que el ciudadano quiere escuchar.
Durante las campañas en este proceso electoral, los candidatos a la gubernatura se apoyaron en lemas creados por sus asesores para ofrecerlos al ciudadano.
Clara Luz, “Por un cambio verdadero”; Samuel García, “Por un nuevo Nuevo León”, Fernando Larrazabal, “A NL se le Respeta” y Adrián de la Garza, “Todo va a estar bien”.
De acuerdo a un sondeo entre expertos en mercadotecnia, el lema “Todo va a estar bien”, es el más ubicado en tiempo y forma por lo que se vive NL.