Por Salvador Hernández LANDEROS.
Directamente, Samuel García no ha declarado un veto para Adrián de la Garza. Tampoco ha “advertido un posible” veto si el Congreso lo aprueba.
A pregunta expresa, el gobernador dice: “Yo sigo insistiendo que debe ser un perfil técnico, no político, entonces, ahí está la respuesta” (sic).
El qué Adrián de la Garza haya sido 6 años alcalde de Monterrey y candidato a la gubernatura, no es todo un político al lado de Natividad González Parás.
El que haya sido Procurador de Justicia, siendo abogado, tampoco lo avala como un técnico con conocimientos del Derecho ni de la Criminología.
Sin embargo, dicen que “para los toros del Jaral, uno del mismo corral”. Adrián tiene conocimiento y control de la operatividad de la FGE.
El vice fiscal, Luis Enrique Orozco y el director de la AEI, Esteban Cantú, son hechura de Adrián. Si llega otro y los desocupa, sería un costo muy riesgoso.
O será acaso que con sus declaraciones Samuel está “maquiavelando”, junto con sus dos asesores, para colocar en la fiscalía al abogado Pedro Torres.
Pedro Torres, nacido en la CDMX y avecindado en NL desde hace 20 años y maestro del ITES, es amigo cercano y ya está en su gabinete, en el jurídico.
También otro como Roger Saldaña Madero, director jurídico de Cemex, quien llevaría la bendición de Mauricio Doehner, muy cercano a Samuel.
¿Acaso el gobernador le pondría un veto a Oscar Martínez Treviño, director jurídico de Xignus y director del Centro Patronal de Nuevo León?
Para la FGE hay prospectos con conocimientos, pero no son amigos de Samuel, pero mañana le seguimos. El espacio de “Once Párrafos” ya se agotó.
