Por Salvador Hernández LANDEROS.
Cuánto se extrañan aquellos años de cuando el municipio de Santa Catarina era un feudo cetemista, donde lo que más abundaban eran las cantinas.
De los males actuales, lo más que ocurría en aquel entonces eran los pleitos de cantina a causa de la embriaguez de los borrachos o los “catarrines”.
Había cantinas por todas las esquinas, mismo por lo cual. vox populi empezaría a llamar a Santa Catrina con el nombre de “Santa Catarrrina”.
Los ingresos propios del municipio eran los impuestos por los permisos de alcoholes, clausuras y reaperturas de cantinas y su “Motel Del Bosque”.
Más que alcaldes parecían “regenteadores”. Y quien llegaba al cargo, llegaba con la bendición del dirigente de la CTM, Raúl Caballero Escamilla.
Durante varias administraciones los alcaldes fueron hermanos y nietos de líder cetemista, hasta que llegó uno que no era pariente, a quien “envenenaron”.
Lo ponemos entre comillas porque así corrió la versión. A los seis meses el alcalde enfermó y se separó del cargo y ya no regresó por fallecimiento.
Eran tiempos del PRI, hasta que llegó el PAN. Hace 20 años lo recuperó Irma Adriana, pero volvió el PAN ya echado a perder y con MC, ahora está peor.
Antes, el problema eran los “catarrines”. Actualmente, por las adicciones y narcotráfico, la inseguridad campea y la llaman “Santa Catarrinarca”.
El alcalde actual, Jesús Ángel Nava Rivera, ganó con las siglas del PAN. Dicen que Samuel García lo compró para MC. Ya le exhibieron su fastuoso derroche.
Sobre inseguridad y delincuencia organizada, está al nivel de Salinas Victoria, Escobedo, Zuazua, Salinas Victoria y Apodaca. Y el alcalde, bien lo sabe.