Por Salvador Hernández LANDEROS.
Dice un amigo de Linares que los campesinos de NL aplican el dicho que dice: “cuando un perro le huele el trasero a otro, o a otra, algo quiere”.
Además, que en la perversa política no hay filantropía y, si, otra frase que dice: “Quien ayuda, algo quiere”, la cual “Viene como anillo al dedo”.
Viene esto, porque en la visita del presidente dizque para revisar las obras del Acueducto El Cuchillo 2, volvió a “chamaquear” a Samuel García.
López Obrador, todo un costal de mañas, junto con Adán Augusto López, “le jugaron bien y bonito el dedo en la boca”, al joven gobernador.
Véase por donde se vea, “usaron” a Samuel García para jalar “los reflectores” ciudadanos con el problema del agua y desde aquí, reforzar a sus “corcholatas”.
El objetivo del López Obrador no fue la obra del Acueducto, sino “de lejitos” enviar un mensaje de apoyo a los morenistas del Estado de Coahuila.
Abrase visto tanta ingenuidad política del gobernador, que su “chamaqueada” se la endosó a los ciudadanos al decir que el Estado anda “chiflado”.
Sería bueno, que los expertos en estadísticas levantaran o aplicaran una de ellas preguntando qué “tan chiflados” andan los del sector empresarial.
Les podemos adelantar que quien no anda nada “chiflado”, ni con el presidente, ni con el imberbe gobernador, es el mismo Fernando Elizondo Barragán.
Lo que hay que observar de que lado está jugando el líder nacional de MC, Dante Delgado, quien a lo mejor está en encubierta alianza con AMLO.
Porque con tanto apoyo de Andrés Manuel hacia Samuel García, se ve como el marido ofendido, a quien el compadre “le hace de chivo los tamales”.
