Por Salvador Hernández LANDEROS.
Samuel García debe poner los pies en la tierra. Dejar de engañar a los ciudadanos que cerraron el año con frío y emproblemados en su movilidad.
Si no quiere que los usuarios se manifiesten y le exijan que viaje en camión igual que ellos, debe solucionar el problema del transporte urbano y Metro.
Si él cree que el presidente Andrés Manuel le va a resolver los problemas que aquejan al Estado con envíos copeteados de dinero, anda muy mal ubicado.
El joven gobernador está ofendiendo y lastimando a familias enteras, trabajadores y estudiantes que requieren del transporte del camión.
Samuel debe ser agradecido con quienes con sus impuestos no permiten que él padezca frío y que muy cómodo se transporte en vehículos de lujo y blindados.
Con sus impuestos, sin necesidad, viajó a Roma para visitar al Papa en el Vaticano, mientras los de camión, sólo acudieron al Santuario Guadalupano.
No se vale que, por un inmaduro dizque político, se esté padeciendo en la movilidad, además del transporte urbano, con las deficiencias del Metro.
Lo hemos dicho en repetidas ocasiones, que desde que asumió el cargo, el gobernador está convertido en un Og Mandino, un vendedor de ilusiones.
Debe entender que gobernar el Estado de Nuevo León, no es andar de paseo en Disneylandia. Los ciudadanos merecen todo su respeto, quiéralo o no.
Por lo pronto, se están haciendo comparaciones con las dos últimas anteriores administraciones y la actual está quedando a deber por sus frivolidades.
Samuel puede presumir que es más joven que Rodrigo Medina y que el mismo Jaime Rodríguez, pero gobernar no es cuestión de edad, si no de capacidad.