Por Salvador Hernández LANDEROS.
El nuevoleonés pasa por un ambiente de crispación social atrapado en una “guerra personal” y de incapacidad, entre las autoridades de los tres niveles.
A diario se ve a un presidente “mañanero”, a un gobernador de “sololoy” y alcaldes “perturbados”, ansiosos por perpetuarse en el “poder político”.
En forma perniciosa se asignan millones de pesos. Están dedicados a preservar prebendas que agravian, ofenden y avergüenzan a los ciudadanos de NL.
El desenfreno y el descaro en esa escandalosa fiebre de repartición de millones de pesos en sus cofradías es tan atrayente, que día a día, sin el menos pudor, se atenta contra la sociedad.
El presidente Andrés Manuel satura con su imagen todos los espacios en vísperas de las elecciones del próximo 5 de junio en seis entidades federativas.
El joven Samuel García, en el transcurso de su primer semestre como ejecutivo, ha superado con creces a Og Mandino, el vendedor más grande del mundo.
Ha vendido miles de millones de ilusiones para los próximos cinco años. No inicia ninguna obra y tiene al estado sumido en severa crisis de inseguridad.
Monterrey está peor. Ya no es regia ni mucho menos la Sultana del Norte. Está peor de “chaparra y fea”, como cuando así la calificó AMD en los 80as.
San Nicolás de los Garza, Guadalupe, Apodaca, San Pedro, Escobedo y García, son desde hace años cotos de poder de cofradías, grupos y mafias.
¿Qué nos pasa? La culpa no es de los políticos sino de nosotros los ciudadanos. Elegimos mal y no sabemos exigir. Andamos perdidos en frivolidades.
Nos perdemos en el futbol, espectáculos y otras diversiones. La cruda realidad será muy costosa.
