Por Salvador Hernández LANDEROS.
En octubre se concientiza a la mujer para la prevensión del padecimiento de mama, ese mal que le daña, pero… ¿Y en que otro mes para su peor cáncer?
Estamos a 69 días para concluir el presente año y vemos con preocupación y sentimiento el maltrato que aún se da a las mujeres, víctimas de la violencia.
En los últimos cuatro años, las conductas misóginas han provocado que hayan repuntado los feminicidios en un75% por violencia familiar y narcotráfico.
Los feminicidios que se han cometido alcanzan cifras preocupantes. Fueron agresiones físicas que impidieron a las mujeres su libertad de expresión.
Según reportes, son miles los feminicidios cometidos en cuatro años, víctimas de la humillación y discriminación, sin que se haya hecho justicia alguna.
Las mujeres, que, aunque reconocieron vivir en problemas que requerían terapia o acción de las Leyes, no volvieron por temor a las represiones de la pareja.
Campañas van y vienen, pero el macho, o misógino, se sigue imponiendo a su pareja a través de la intimidación física o verbal, la angustia o la amenaza.
Incluso, se ha acentuado la violencia ejerciendo presión a través de las redes cibernéticas. Independiente de su involucramiento en la venta de droga.
Algo debemos hacer, somo sociedad y familia, para evitar que las mujeres sigan siendo víctimas de ese cáncer social, conocido como acoso machismo.
Las autoridades, en todos sus niveles, imponiendo penas y programas sociales para evitar que continúen los feminicidios en todos los estratos económicos.
Como experiencia reciente, tenemos varios casos, entre ellos, el de Debanhi Susana Escobar, que, por incapacidad o interés particular, sigue impune.
