Por Salvadore Hernández LANDEROS.
Los niños nacen siendo niños y las niñas nacen siendo niñas. Así lo establece el Registro Civil que también nos legó Melchor Ocampo, no sólo la Epístola.
Genéticamente ningún niño y niña nace con otra orientación sexual distinta al femenino o masculino. Tampoco nace como panista, morenista o priista.
Cuando niños y niñas crecen y se desarrollan en un ente democrático, eligen su propio camino en lo personal, social y profesional de acuerdo a su aspiración.
Por eso vale que los padres de familia protesten contra la distribución de los Libros de Texto Gratuito que incluyen temas que no son propios en la niñez.
La educación y valores morales, religiosos y otros se inculca en el seno familiar. La enseñanza científica, histórica y social, es obligación constitucional.
El Artículo Tercero de la Constitución es muy claro. La Federación, Estados y Municipios tienen la obligación de impartir una educación, laica y gratuita.
Ningún menor de edad, al menos hasta los 18 años, de primaria y secundaria, tiene porque ser inducido en lo sexual o ser adoctrinado ideológicamente.
El gobernador Samuel García no tiene hijo o hija de primaria o secundaria. Si los tuviera estarían en escuelas particulares, por ejemplo, en el San Patricio.
Él no está viendo el futuro de los actuales alumnos de nivel básico. Él trae puesta la camiseta de Movimiento Ciudadano bajo las órdenes presidenciales.
Para Javier Navarro, su cargo político está antes que la educación de su decendencia. Por su parte, Sofíaleticia Morales, titular de la SE, desahoga prejuicios.
Primero está la educación, formación y enseñanza de los hijos o nietos, muy por encima de la inclinación ideológica y de colores de partidos políticos.