Salvador Hernández LANDEROS.
En qué cabeza cabe revivir en Clara Luz algo que ya se iba quedando en el olvido. Tal pareciera que sus asesores solo pretendieron ponerla de rodillas.
Un mes atrás, ella salió a dar la cara y aceptó su error por haber mentido. Todo era cuestión de dar vuelta a la página y no salir, ahora, a pedir perdón.
Qué necesidad de revivir el pasado. Cuál es la mentalidad y capacidad de esos asesores. Los eligió Abel Guerra o se los impusieron vía Andrés Manuel.
Si pretendieron ponerla de rodillas lograron su objetivo. Difundir un nuevo video con el rostro de Clara Luz con semblante plañidero, en nada favoreció.
Exponer de nueva cuenta al escarnio público a la candidata de MORENA a la gubernatura, denota que, más que sus amigos, son sus peores enemigos.
Hace un mes, de Clara Luz se decía que había mentido al negar que conocía al dirigente de una escandalosa secta. Nadie la señaló haber cometido un delito.
En el nuevo video, la hacen repartir culpas diciendo: “Me tropecé como todas y como todas ahora me levanto”. Ahora resulta que todas las mujeres mienten.
“Cometí un error al haber dicho que no conocía al fundador de la secta, enfrenté mal la situación y pido perdón”. (sic) ¿Perdón?… Perdón, sólo a Dios se pide.
“Es injusto que mis rivales me hagan cargar con los delitos de un delincuente internacional que hoy ya está en la cárcel”. A la ciudadanía, nomás le mintió.
“Es cobarde, que, para ganar votos, quieran confundir sobre quiénes son los verdaderos criminales”. Estás palabras suenan fuera de contexto y riesgosas.
Con este último párrafo, los asesores enredaron más las cosas, pues Clara Luz tendría que testificar sobre de qué crimen habla y quiénes lo cometieron.