Por Salvador Hernández LANDEROS.
La derrota del PRI en las elecciones del 6 de junio, aseguran priistas de NL, es el resultado de agravios, deslealtades, heridas y viejos rencores.
Con una militancia de más de 50 años en el tricolor, durante cuatro meses analizaron las causas de la derrota que tiene al PRI a punto de extinción.
Según su análisis, todo apunta al pasado, a mediados de los 60as con el despacho Santos- Elizondo, que en la “vieja política”, reunía al PRI y al PAN.
En el presente, para los priistas, quienes aplicaron la reciente derrota del otrora poderoso partido, fueron Fernando Elizondo y José N. González.
El encono de Elizondo hacia el PRI no es nuevo. Estudiaba en la UNL junto con González Paras, cuando su papá dejó el cargo de gobernador en 1971.
A Elizondo le reconocen como integrante del sector empresarial del Estado. El apellido Barragán pesa en la sociedad neolonesa y el despacho en política.
Del “maestro de los martes”, como le llama Samuel García a González Paras, les sorprende su “perversidad política”, desarrollada en 35 años de actividad.
En el análisis de esos “viejos priistas” hay una pregunta sin respuesta. “¿Qué le hizo Rodrigo Medina a “Nati” durante el sexenio de Enrique Peña Nieto?”.
Por ahí dice que Rodrigo le ganó a Natividad en los afectos presidenciales. Por eso no lo tomaron en cuenta el 2015 para la “elección” de Ivonne Álvarez.
Por los afectos, las consecuencias las pagaron Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos, Y, por ello mismo, que se cuide la presidenta del Congreso local.
Ese análisis contiene otras observaciones y llama la atención el destino del PRI. “Tres sexenios bastarán para desaparecerlo”, y ya pasó uno y empieza otro.