Por Salvador Hernández LANDEROS.
El presidente Andrés Manuel puede correr el riesgo de que en los próximos 15 días “se le voltee el chirrión por el palito”.
Al menos aquí en Nuevo León puede salir muy raspado con su veda electoral y consulta para llevar o no a juicio a los ex presidentes.
Aquí la ciudadanía está inconforme con el gobierno federal por el mal manejo en el programa de vacunación contra el Covid-19.
Aunado a ello, está el regreso de los alumnos de nivel básico para el 30 de agosto, sin contar con las garantías sanitarias en las escuelas públicas.
Antes que la veda electoral y la consulta, la ciudadanía exige organización para vacunación como la que había antes del proceso electoral de junio.
Ha sido muy notorio el relajamiento que se dio luego de ese domingo 6. Se perdió la organización y la cronología que se tenía. Exigen vacunas.
Miles de ciudadanos se quedaron “a la mitad del río”, es decir solamente recibieron la primera dosis hace 50 días, principalmente adultos.
En Monterrey, las personas de 40 a 49 años de edad, recibieron la primera dosis con la vacuna Pfizer en mayo y es fecha que no les aplican la segunda.
Si a partir de esta fecha al 1 de agosto no se regulariza la vacunación, como estaba programada antes, la inconformidad puede desbordarse.
La planta productiva exige vacunación, antes que otra situación que no tiene más que tintes políticos electorales que experimenta el presidente.
De nada servirá si se envían más de 300 mil dosis como aliciente político. La ciudadanía quiere vacunas para preservar la salud, no consultas políticas.
