Los abogados también comen.

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Por Salvador Hernández LANDEROS.

Tal vez el jovenazo Samuel García nunca pasó hambre alguna y, si alguna vez litigó como abogado, no debe haber padecido penurias en los juzgados.

De haber sido así, comprendería y entendería el por qué ya hay brotes de inconformidad en algunas barras y colegios de abogados litigantes.

No tardan en manifestarse públicamente a través de barras y colegios para exigirle que ponga a trabajar a la burocracia del Poder Judicial del Estado.

Su urgencia de vender la imagen a través de los miles de padres de familia, también debe proyectarla a quienes obtienen su salario buscando justicia.

Tal vez le sugieran que ya no use a los niños para su beneficio publicitario. Que deje su campaña “pediátrica”, contraria a la “geriátrica”, usada por AMLO.

Dicen que la vacunación fronteriza para niños fue para que él y su esposa fueran a vacunarse a los Estados Unidos. O porqué, no se vacunaron aquí.

Que deje en paz, el caso del niño que fue sustraído ilegalmente del DIF y no explotar más publicitariamente en medios el caso del menor golpeado. 

Si los aforos subirán un 60 por ciento en los espectáculos masivos, como el futbol, conciertos y otras diversiones, por qué no subirlos en los juzgados.

Así como la enseñanza pública en todos los niveles, no sólo en la primaria y secundaria, es necesario dar acceso a las salas ante los magistrados y jueces.

Que el piso sea parejo. Que todo el poder judicial del Estado de Nuevo León se abra también para los litigantes y no sólo a los prominentes despachos.

chavalolanderos@yahoo.com.mx