Por Salvador Hernández LANDEROS
Nomás para que vean “de qué lado mascó la iguana” el día de las elecciones y que “cae más pronto un hablador que un cojo”, analicen números y hechos.
Esto les puede servir para aquellos priistas que pecan de ingenuos y se rasgan las vestiduras al asegurar que al PRI no lo tronaron ellos mismos.
Pero eso será harina de otro costal. Nos ocuparemos del priismo cuando venga el momento de cambiar al dirigente y arrebatar lo que queda del PRI estatal.
Durante toda su campaña, Samuel García, candidato de Movimiento Ciudadano hizo alarde de juventud con su lema: “La vieja política, va pá fuera”.
La elección de Samuel, un caso raro, por así decirlo. Es el primer gobernador que gana con 786 mil 808 votos sin cubrir las más de 5 mil casillas.
Y más, que sus casi 800 mil votos, no alcanzaron para un solo diputado de mayoría relativa, sólo 4 de representación proporcional y 2 plurinominales.
Por cierto, de las 6 curules de MC, 4 son mujeres y 2 hombres. Para coordinarlas en el Congreso sería una mujer. Sandra Pámanes o Tabita Ortiz.
De “La vieja política”, Samuel echó pá fuera a Clara Luz, con 300 mil 588 votos, 4 diputados por mayoría relativa, uno proporcional y 2 plurinominales.
Fernando Larrazabal, otro “viejo” en política, obtuvo 392 mil 901 votos y logró 10 diputados de mayoría relativa, 3 proporcionales y 2 plurinominales.
Por su parte, Adrián, no tan viejo en política, obtuvo 598 mil 052 votos; 12 diputados de mayoría relativa y 2 plurinominales.
Algo anda mal en cuestión de votos útiles (así les dicen a los traicioneros) pero Samuel ya cambió de lema. “La vieja política… ¡va pá dentro!, no pá fuera.
Y para muestra, están César Garza y Cristina Díaz, quienes muy entusiastas se fueron a Jalisco a un curso de capacitación de MC. ¿Serán del nuevo PRI?.