Por Salvador Hernández LANDEROS.
Se los cuento al costo, con gusto.
Hoy, hoy, hoy, José José estaría cumpliendo 74 años de edad. Y en unos días más, el 15 de marzo, se cumplen 52 años de cuando él, a sus 22 años, interpretó por primera vez la canción “El Triste”.
Ha transcurrido más de medio siglo y aun conservo en mi mente las imágenes televisivas de ese domingo del año de 1970, cuando se celebró en México el Festival Mundial de la Canción Latina.
En esa época el País estaba convulsionado en su política interna. El gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, recién se había cimbrado por los acontecimientos del 2 de octubre de 1968.
En Nuevo León gobernaba Eduardo A. Elizondo y el alcalde de Monterrey era Gerardo Torres Díaz. Se hacía la logística por la venida del candidato a la presidencia de México, Luis Echeverría Álvarez.
Ese domingo 15 de marzo había sido muy atareado. Yo era empleado auxiliar del departamento de Relaciones Públicas, Prensa y Difusión en el municipio de Monterrey, por $1,200.00 mensuales.
Cubrir los eventos de cultura popular y difundir las actividades del alcalde ese domingo, no me permitieron ni siquiera salir con mi novia, quien un día antes me había dado el anhelado Sí.
Minutos antes de iniciar el Festival llegue a casa, ubicada en Colegio Civil # 2109 de la colonia Larralde, dónde mi querida “Lochita” ya me esperaba con la cena y su petición quincenal.
Pegado al televisor, sabiendo que el mexicano José José participaría con una composición del maestro Roberto Cantoral nos tenía al borde de la emoción porque se trataba de un talento joven.
José José era nuestro representante generacional. Ya habíamos vivido la época del rock and roll con las baladas de Enrique Guzmán, César Costa, Alberto Vázquez, Angélica María, Vianey Valdés.
Los nuevos ritmos musicales regresaban al cauce del romanticismo con las buenas voces. Armando Manzanero y su “Esta tarde vi llover”. Carlos Lico, con “No”. José José con “La nave del olvido”-
José Sosa, nació el 17 de febrero de 1948 en el barrio de Azcapotzalco del antes Distrito Federal. Con apenas 22 años sorprendió a cantantes muy privilegiados, lo cual consta en un viejo video.
Al terminar José José su interpretación, asistentes y televidentes, sentimos que “El Triste” obtendría el primer lugar. Fue decepcionante la decisión del jurado que la envió al tercer lugar.
Los jueces otorgaron el primer lugar a la canción “Canción de Amor y Paz” interpretada por la brasileña Claudia y el segundo a “Con los brazos cruzados” con la venezolana Mirla Castellanos.
Los jueces se equivocaron, pero el gusto musical de la gente no. “El Triste” se convirtió en un himno al amor, a la decepción, a la alegría. Con José José se vendieron más de 15 millones de copias.
Ese 15 de marzo nació un nuevo ídolo de la canción romántica. El triste interprete que quedó en tercer lugar se convirtió en un triunfador, quien musicalmente renovó el romanticismo.
Quién no, a su manera, interpretamos una canción de José Sosa. Quienes no nos embriagamos de romanticismo con sus interpretaciones. Para mí, “Seré”, es un himno de superación de vida.
En lo personal y profesional, lo traté y conviví con él muchas ocasiones. Sin egoísmos, su amistad me la compartió mi querido compadre Rubén Hernández Mojica, quien aquí lo representaba.
Cuando José José venía a Monterrey, mi compadre Rubén me invitaba a compartir con él. Ambos ya fallecieron y lo más seguro es que andarán muy juntos en su bohemia musical.
Les comentó que, en ese año de 1970, además de “El Triste”, aquí en Nuevo León hubo otra melodía que le hacía la competencia a José José. Muy romántica, de corte regional norteño.
También fue un éxito local regional. “Mi Tesoro”, interpretada por el dueto Los Relámpagos del Norte, conformado por Cornelio Reyna y Ramón Ayala, éste último convertido en el Rey del Acordeón.
Si este día escucha alguna canción de José José, recuerde que sería su cumpleaños y prepárese para el 15 de marzo. Son 52 años de ese himno musical que llegó para quedarse. “El Triste”.