Por Salvador Hernández LANDEROS.
No se trata de amarrar navajas, ni para que el presidente, en una mañanera, les grite “Pu&%$” a los dueños de los equipos y directivos de la FMF.
Tampoco para crear polémica. Se trata de hacer conciencia de que, en el futbol, más que un deporte es un negocio donde se invierten millones de dólares.
Está por iniciar un nuevo torneo y entre contrataciones y transferencias, según los diarios deportivos, hubo inversiones millonarias que hay que recuperar.
Los directivos de Rayados, Tigres, Águilas, Guerreros y otros, pedirán a las autoridades de Salud, que el aforo en estadios se incremente a un 70% o más.
El negocio del futbol genera millones de dólares. Las empresas quieren llenar los estadios, invierten en figuras, pero no son solidarios con los aficionados.
No son solidarios ante la lucha contra el Covid-19. No se les ve una promoción que deje un beneficio para la salud de los asistentes. Al menos, con una Pfizer.
Hasta donde se sabe, ningún directivo de la FMF ha buscado al presidente Andrés Manuel López Obrador para ofrecer apoyo y vacunar a los aficionados.
También hay que decirlo. Al presidente no se le ve intención de compartir la responsabilidad. Es un megalómano y quiere todos los reflectores para él.
Hay aficionados que ya recibieron la primera dosis. Con comprobante pueden acudir al estadio por la segunda y ya irían más protegidos contra el contagio.
Propietarios de equipos de futbol mexicano son empresarios y, al igual que el gobierno, requieren que mejore la economía en beneficio de todo ciudadano.
Hay que mover la economía, no sólo en el futbol, también en beisbol, conciertos masivos y otros espectáculos. Aflojando y cooperando, unos y otros.