Por Salvador Hernández LANDEROS.
En año y medio, Samuel García, con 35 años de edad, ha demostrado que, para gobernar Nuevo León como él lo hace, cualquiera lo puede hacer.
No se requieren tres doctorados ni tampoco ser muy joven. Mucho menos contar con experiencia política. Sólo diputado local pluri y senador a medias.
Pedro Zorrilla, llegó a gobernador a los 40, seis años mayor que Samuel. Tenía doctorado por la Universidad de París y abogado de la Presidencia de México.
Otro, Luis M. Farías. Abogado, presidente Nacional de los locutores, Tres veces diputado federal, Senador, presidente en ambas cámaras y alcalde regio.
Alfonso Martínez Domínguez, con certificado de secundaria fue líder sindical, dos veces diputado federal, senador, presidente nacional del PRI y Regente.
Eduardo Elizondo, abogado empresarial, tesorero del Estado, rector de la UNL y un presidente de México más perverso que el que tiene Samuel García.
Jorge Treviño, abogado fiscalista con doctorados en Italia y París. Laboró en la SHCP. diputado federal, construyó el primer metro y parque fundidora.
Ante esos antecesores, Samuel García no puede presumir sus doctorados locales y mucho menos experiencia política, ni siquiera ante Nati y Sócrates.
Para gobernar como él, cualquier político lo puede hacer. Cuestión de proyectar imagen de “papas fritas”, echar mucho rollo pendenciero y asustador.
Por lo pronto ya superó en mucho, a Rodrigo Medina y a “El Bronco”. En 18 meses lleva más crímenes, más ciudadanos a pie, sedientos y contaminados.
Puede presumir en Wikipedia, que, a todos sus antecesores de los últimos 55 años, también los superó, no como gobernador, sino como viajero frecuente.