Por Salvador Hernández LANDEROS.
Por casos sucedidos de un año a la fecha, todo parece indicar que, en la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL hay de todo, menos Leyes.
Hay varios hechos que constituyen un delito, que van desde la violación, encubrimiento, violencia y posible desvío de recursos, pero ningún castigo.
Todos ellos cometidos durante el último año de gestión del ahora exdirector de esa Facultad, Oscar Paulino Lugo Serrato, quien entregará el cargo.
Alfonso Martínez Arrieta, era subdirector de Administración y fue acusado de por una persona y sólo fue separado del cargo y se fue a otro menor.
Fue “vox populi” en aulas que Martínez Arrieta fue protegido al llegar a un arreglo con la víctima para que se desistiera y evitar la acción penal.
Durante el periodo de Lugo Serrato, se les advirtió del desvío de recursos por conflicto de intereses familiares en una de las áreas, pero omitieron el caso.
Hace una semana se ventiló la denuncia de un abuso sexual de un estudiante de la FACDYC durante una “novatada” siendo director Lugo Serrato.
El universitario, abusado sexualmente, se identificó como Juan Manuel Rodríguez González, cuya denuncia fue ignorada por la Fiscalía y la UANL.
El recién fin de semana hubo elecciones para el cambio de director en esa Facultad donde se desató la violencia, como en el porrismo del pasado.
El candidato del Gobernador, Mario Garza, le ganó a Manuel Acuña, quien fue destituido en el 2015, pero tampoco se ha denunciado el hecho violento.
Lo delicado del asunto es que no hay orden ni respeto a la autonomía universitaria y el doctor Santos Guzmán, pareciera que está de adorno y no de Rector.
