En el PRI, las mujeres sirven de adorno.

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Por Salvador Hernández LANDEROS.

En algunos partidos políticos, empezando por el PRI, las mujeres sólo sirven para estar de adorno o como muñecas feas arrumbadas en un rincón.

Como muestra de botón fue el festejo del presidente del Comité Directivo Estatal en Nuevo León, Heriberto Treviño, al cual sólo acudieron hombres.

Las mujeres, benditas mujeres que siempre han dado la cara por todos los políticos machos, brillaron por su ausencia al festejo del jerarca priista.

El desprecio hacia ellas fue tal que ni invitaron a Marla Azucena Treviño, hermana de Heriberto y presidenta de la Organización Nacional de Mujeres del PRI.

El ONMPRI local agrupa a las priistas de Nuevo León, en el cual de seguro militan las diputadas Ivonne Álvarez, Lorena de la Garza y Alhinna Vargas.

De qué sirve que en el priismo se hable de la equidad de género, de inclusión de las mujeres en las actividades políticas, pero de convivencia, para nada.

Con qué cara, Marla Azucena, les va a explicar a las militantes priistas, que por esta ocasión no fue requerida su presencia en el festejo de su hermano.

Muy decepcionadas están algunas priistas de que su presidente Heriberto Treviño no las tomó en cuenta, a menos que haya otro festejo solo con ellas.

Esas priistas piensan que el festejo no fue sólo para “bailar entre ellos mismos”, sino que de pilón invitaron al tesorero estatal, Carlos Garza Ibarra.

Tan indignadas están que se apoyan en el dicho que dice, “piensa mal y acertaras” y que el festejo fue para “un baile” y el tesorero “el chambelán”.

A la mejor y tienen razón, porque también acudió el secretario general de gobierno, a quien los panistas traen entre ceja y ceja. ¡Pos qué baile fue ese!

chavalolanderos@yahoo.com.mx