Por Salvador Hernández LANDEROS.
Elegir al nuevo fiscal General del Estado no será fácil. Antes, el gobernador designaba al Procurador, incluso, hasta podría ser su amigo o compadre.
La designación era su plena responsabilidad. Si se equivocaba lo removía y nombraba al relevo. El mejor gobernador, AMD, designó a tres en su sexenio.
Para los nueve integrantes del Comité de Selección del Sistema Estatal Anticorrupción, no será fácil seleccionar a 4 precandidatos y dejar una terna.
Digan lo que digan, obvio que el gobernador Samuel García, en una forma u otra, va a influir con el Comité por un fiscal a modo. Depende cómo lo haga.
Contra lo que se piense, en el Estado hay profesionistas estudiosos del Derecho Penal. Abogados destacados, litigantes en laboral, mercantil, fiscal, etc.
En la actualidad, el perfil del fiscal General es muy diferente al Procurador de antes. Se requiere un amplio conocimiento de lo que es la Criminología.
El fiscal debe conocer la función del MP, el peritaje criminalístico y derechos humanos. Y que no sea amigo, o familiar, del mejor amigo del gobernador.
Samuel García yerra al decir “que la fiscalía requiere de un perfil técnico y no político”. Es como exigir que los políticos sólo fueran de “Ciencias Políticas”.
Si así fuera, los contadores, ingenieros, arquitectos, médicos, locutores y otros de diferente profesión, quedarían impedidos para un cargo de elección.
Profesionalizar las estructuras en el sector oficial se ha superado con los años, pero se ha requerido, principalmente, de la vocación en el servicio público.
Un detalle. Desde Eduardo Livas, hasta Jorge Treviño, ningún gobernador dejó de ejercer el poder que le dio el ciudadano, no los medios de comunicación.