Por Salvador Hernández LANDEROS.
Un ardiente verano está a la vuelta de la esquina. La temporada será a partir del próximo lunes y, pese a eso, Manuel González Flores anda “helado-paleta”.
Al exsecretario general de gobierno, tras su derrota como candidato a diputado federal por el PAN, nada lo calienta ante un futuro que se ve muy incierto.
Lo que hace seis años lo trastornó de felicidad, ahora lo colocó en la triste realidad. La rueda de la fortuna lo tiene en el lado anverso y dificultoso.
A partir de octubre, cuando Samuel García asuma como gobernador y, de pilón, Fernando Elizondo en algún cargo, podría empezar su sufrimiento.
Al contender por la diputación federal, la intención de Manuel González fue para cubrirse con el fuero constitucional por si lo denuncian de algo.
Cabe recordar que, siendo senador, Samuel García buscó por todos lados meterlo a la cárcel, pero algunos diputados muy “allegado$” lo salvaron.
Pero si el nuevo gobernador no lo persigue, Fernando Elizondo, quien estará en el primer nivel del gabinete, fue una víctima de la soberbia de Manuel.
Elizondo Barragán, ahí donde lo ven, que parece que no quiebra un plato, es un rencoroso que Dios guarde la hora. De seguro se cobrará los agravios.
Sobre todo, hay uno dónde hubo testigos, por ejemplo, el arquitecto Nelson Doria, pues frente a él y otros más, Manuel lo “ped#$&?!&” muy feo.
Por cierto, Nelson tendrá que congraciarse con la nueva administración pues se sabe que entregó cuentas mochas en la construcción de aulas escolares.
Por estas y otras “cosas” más, el ardiente verano de Manuel González podría ser un infierno, quien correrá el riesgo de convertirse en “moneda de cambio”.