Por Salvador Hernández LANDEROS.
A algo se atiene Samuel García para calificar a los diputados opositores como animales, chantajistas, exprimidores, demonios y hasta de bandidos.
Muy al estilo del presidente Andrés Manuel, se burla de ellos con amparos engañosos y les manda el mensaje que, a algunos de ellos, ni siquiera los pela.
Lo único que le falta a Samuel, es que, como si fuera un canino, levantara su patita y los confundiera con un arbolito y les echara tierra y la pisoteara.
Y de la ciudadanía, ni que decir. Le sube el costo del agua un100%. Le vale que proteste por la Línea6 del Metro que, nomás por “los suyos”, construirá.
Poco le importa que trabajadores y estudiantes padezcan por la falta de transporte. Se va a una asamblea partidista abandonando su horario laboral.
En esa reunión se dio vuelo para echarle tierra a los diputados. Ante su dirigente Dante Delgado, se destapó diciéndoles, hasta de lo que se van a morir.
Primero les dijo: “No tengo ninguna duda de que estos ataques son síntomas, como decimos en el norte, coletazos de un animal herido que por décadas estaba al servicio de las cúpulas, de licitaciones amañadas, de enriquecimientos ilegítimos” (sic)
Y todavía agregó: “Después de un año que han intentado exprimir y no han sacado un solo peso, andan desatados y salieron los demonios”. ¿Más claro?
Con sus expresiones, Samuel “no dejó títere con cabeza”, al enfatizar “por décadas”, llevándose de encuentro a otros, entre ellos a Fernando Elizondo.
Por décadas, están Canales, González Paras, Rodrigo Medina, César Garza, Cristina Díaz, Mauricio Fernández y hasta su tesorero Carlos Garza Ibarra.
Y como a los diputados, a estos y otros más, les tocó su salpicada de canino.