Por Salvador Hernández LANDEROS
Con su negativa a no vacunarse contra el Covid-19, siendo que también él es un ADULTO MAYOR, el Presidente infundió desconfianza e inquietud.
En días anteriores, el 30 de marzo, AMLO anunció que, en el transcurso de esta semana sería inmunizado, reservándose el lugar dónde lo haría.
Sin embargo, en su primera mañanera del mes de abril, sorprendió al anunciar que no, que no era indispensable, por ahora, el aplicarse la vacuna y dijo así:
“Acerca de mi caso, consulté con médicos (¿). Al principio me habían dicho dos de ellos que me vacunara para reforzar mis anticuerpos, pero quise preguntar a otros (¿), los que me atendieron directamente cuando padecí el contagio”.
“Y ellos revisaron mis estudios y llegaron a la conclusión de que tengo suficientes anticuerpos y que no es indispensable por ahora que me vacune”.
El anunciar que no se vacunaría, luego que las redes sociales se han inundado de videos con supuestas vacunas falsas, el presidente dio una “mala espina”.
Peor es porque el responsable de la campaña anti Covid-19, Hugo López Gatell, reviró diciendo a los medios que su recomendación era el vacunarse.
Algo anda mal en su mente, sin pensar que esté perdiendo la razón, pero sí que hay algo en el programa de vacunación que está distrayendo a AMLO.
López Obrador, quien es muy dado a blindarse con dichos populares, ahora no se apoyó en uno muy ad-hoc: “Qué dice mi mamá que siempre no”.
Ante esa postura, no queda más que decir que sus palabras fueron dichas con imprudencia e insensatez. A menos que ustedes quieran agregar otras más.
