Por Salvador Hernández LANDEROS.
El director de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UANL, Abraham Hernández Paz, está en deuda con el pueblo de NL.
Justo es retribuir algo a ese pueblo que le ha permitido realizar múltiples viajes por todo el mundo durante los 3 años que lleva al frente de esa Institución.
Su periodo concluye el 2 de julio y antes de su relevo, debería proponer un curso propedéutico para todos los futuros diputados, alcaldes y regidores.
Un curso con enfoque a la descripción de las ciencias políticas, porque todo apunta para que los futuros legisladores no sepan “ni papa” de su función.
Así mismo establecer convenios con el INE para que a los futuros políticos les exijan, al menos, un diplomado relacionado con las ciencias políticas.
Tiene tiempo para estructurar y aportar algo de beneficio a la sociedad, luego de más de un año de no estar trabajando al 100% debido al Covid-19.
Demostrar que tenía capacidad, sin olvidar que fue impuesto por el anterior director, Gerardo Tamez, nada más porque lo conocía de atrás tiempo.
Sin olvidar que también fue impuesto por José Antonio González Treviño, ex Rector de la UANL, pese a la oposición de miles alumnos aún inconformes.
La Facultad de Ciencias Políticas tiene más de 5 mil alumnos, de los cuales muchos esperan les regresen los mil pesos que pagaron para el evento “El Motor de México” que se suspendió por el Covid-19. ¿Y dónde quedó la lana?
Ahí se requiere de un hombre con visión futurista, reinventar sus programas, porque las últimas generaciones, sólo se han titulado como desempleados.
Es tiempo de formar nuevas generaciones de aspirantes a dirigir los destinos del Estado, pero con políticos capaces y no simples chicharroneros.
