Por Salvador Hernández LANDEROS
Despidamos esta noche y último día del año con felicidad y agradecimiento. A final de cuentas, aquí estamos con vida y reunidos con familiares y amigos.
Se decía, AC, que el mundo se iba acabar. Luego, DC, que en el año 2 mil. La astronomía asegura que faltan millones de años para que eso ocurra.
Mañana se inicia el año 2023 del calendario Gregoriano con el cual contabilizamos días, semanas, meses y años de permanencia en la vida.
Celebremos pues, con gratitud, porqué lo que sí se acaba es nuestra existencia en este mudo donde las expectativas no son eternas.
Retomemos planes y proyectos. Anhelos y buenos deseos que están atorados por esa pandemia que nos estruja el alma desde el año 2020.
Tal vez nuestra alma está dolida y aún sufre por la partida de seres queridos, familiares y amigos. Pero Dios y la ciencia médica, aquí nos tienen.
Un deseo de año nuevo podría ser que vamos a revertir lo negativo con acercamientos propositivos, con solidaridad, mejor comunicación y calidez.
Dicen que la vida nos cambia en un minuto. Aprovechemos las 534 mil 360 oportunidades que minuto a minuto se nos brindarán durante este año.
Agradezca con una disculpa a las personas que toleraron la ignorancia y arrogancia, insensibilidad e incomprensión, mismas que se irán con el año.
Hoy, esta noche, en su celebración con sus doce deseos, pida que su anhelo o propósito prioritario para el 2023, sea conservar la salud y la vida.
De acuerdo a su religión y la FE en EL, de las gracias por el año nuevo que viene y por las cosas buenas del que se va. El mayor reto en la vida es vivirla.
¡Feliz Año Nuevo! chavalolanderos@yahoo.com.mx