Por Salvador Hernández LANDEROS.
Eso de que el presidente pudiera venir mañana sábado a “revisar” la refinería de Cadereyta, no sería más que otra de sus acostumbradas distracciones.
Andrés Manuel López Obrador, se sabe, es un costal de mañas. Su objetivo pudiera ser otro, por ejemplo, aunque sea de lejecitos tirar línea a Coahuila.
Y para variar, darle otra “chamaqueada”, o “chamuscada”, al “goberniño” de Nuevo León quien está echado en los brazos del presidente Andrés Manuel.
Qué le van a “revisar” a la refinería. Bueno sería que en lugar de “revisarla”, la cerraran, pero eso no va a ocurrir en lo que resta del sexenio de AMLO.
Los ojos no deben estar puestos en Cadereyta. En todo caso en el lugar donde vaya a pernoctar y, sobre todo, con quienes se entrevistará el presidente.
Si en algún lugar se aparece el presidente de MORENA, el objetivo es otro, porque de la refinería, Mario Delgado, ni siquiera sabe lo que contamina.
Otro que podría estar dentro de los “invitados” en alguna reunión, sería el propietario del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, quien solo iría por línea.
No hay que poner oídos sordos a la alianza que tanto López Obrador y Dante Delgado han negado. Movimiento Ciudadano y MORENA, van juntos el 24.
Ah, y Samuel García, seguirá siendo lo mismo con y para Andrés Manuel. Obediente y disciplinado, además de continuar con sus viajes y en campaña.
Ya quedó en el pasado su principal promesa de campaña. Exigir al presidente un Nuevo Pacto Fiscal para darle al estado un presupuesto “copeteado”.
