Por Salvador Hernández LANDEROS.
No hay por qué ser tan exigentes con el alcalde de Monterrey. Luis Donaldo Colosio Rojas hace lo que él puede y lo que le alcanza con el presupuesto.
No esperemos más de su administración por los 15 meses que le quedan al frente de la comunidad regia. No habrá obras faraónicas, sólo que sean útiles.
Nos acostumbraron al relumbrón. Sin ofender con la comparación, Colosio queda muy lejos con la Macro Plaza de Alfonso Martínez Domínguez.
Otras son con Ricardo Canavati y la fluida vialidad de la avenida Eugenio Garza Sada. Fernando Larrazábal en Lázaro Cárdenas y con Alfonso Reyes.
El Puente Verde, de casi medio kilómetro para unir el viejo Parque España con Fundidora, es una buena obra social, que le cambia el rostro a varias colonias.
Acerca a esos parques a miles de habitantes de las colonias que están en ese amplio sector de la zona oriente y sur de Monterrey. Hasta les da plusvalía.
Criticar la tardanza por los nueve meses después de lo proyectado, baste recordar el año que se construyó el Parque España y el Parque Fundidora.
Tampoco hay porqué criticarle el que se construya una rotonda en Madero y Pino Suárez. Al contrario, ese magno monumento hay que protegerlo.
Dónde están los historiadores oficiales y no, para que hagan el valor histórico de ese monumento que tiene y lo que representa en la historia de México.
Una anterior obra es el Multimodal, prolongación de Zaragoza que conecta a la “Indepe”. Si lo alarga hasta la Basílica de Guadalupe, hasta lo canonizan.
Si Colosio se reelige, una obra de relumbrón, sería ampliar la avenida Nazas, de Lázaro Cárdenas a Garza Sada. Con esa estaría al nivel de buenos alcaldes.