Por Salvador Hernández LANDEROS
Muy amplia debe ser la ventaja de Adrián de la Garza por la gubernatura de NL, para que López Obrador lo haya subido a su “ring presidencial”.
Qué tamaños le habrá visto el presidente para que desde el “pulpito mañanero”, haya arremetido en su contra durante tres días consecutivos.
Si a Adrián de la Garza no se le conocía a nivel federal, ya acaparó los reflectores nacionales muy por encima de Clara Luz, la candidata de AMLO.
Cuántos de los otros candidatos a gobernador en la república mexicana, hubieran querido que el presidente les diera esa proyección nacional.
A 25 días de la elección, todo parece indicar que en NL “este arroz ya se coció” a favor para el candidato del PRI/PRD, todo gracias al ejecutivo federal.
Pero Adrián ya se subió más allá del “ring presidencial” al acudir a la OEA a denunciar la intromisión de AMLO en el proceso electoral.
Denunciar en esa organización a Andrés Manuel López Obrador como una amenaza para la Democracia en México, es otro nivel, otra proyección.
Sin ser gobernador aún, Adrián de la Garza, ya les sacó también ventaja a los gobernadores que conformaban la “Alianza Federalista”, hoy muy callada.
Algunos dirán que su postura es de “muchos huevos”, pero no, sólo es una acción muy responsable de quien aspira lo mejor para los ciudadanos.
México es grande y no merece un presidente pequeño y hueco con rasgos peculiares que caractericen su modo o estilo de gobernar.
Nuestra Nación requiere de un presidente con conciencia, que establezca la magnitud de sus acciones y las afronte con responsabilidad. Y punto.
