Por Salvador Hernández LANDEROS.
De nueva cuenta, Adán Augusto López, secretario de Gobernación, volvió a exhibir en un acto público al Gobernador de Nuevo León, Samuel García.
En esta ocasión, lo exhibió como “un engañoso” ante la sociedad civil de Guanajuato porque, según él, mintió sobre el Acueducto “El Cuchillo 2”.
El “engañoso” de ahora, se suma a los calificativos de “hipócrita”, “egoísta” e “incapaz”, que le endilgó ante el pleno del Congreso de Tabasco.
En esa ocasión Adán Augusto dijo: “En Nuevo León, el gobernador, porque se lo voy a decir en todas sus palabras, actúa con hipocresía y egoísmo”.
Pero Samuel no solo ha sido objeto de esos calificativos por parte del secretario de Gobernación, sino también, del presidente Andrés Manuel.
AMLO lo eludió llamándole “deshumanizado y propagandístico”. Y todo por andar promoviendo un “nuevo Pacto Fiscal” para una mayor participación.
Fue en una “mañanera” en la cuál López Obrador también lo calificó de “individualista” y “populista”. Y todo por su “ficción” y la popularidad.
El asunto es que, en los últimos 50 años, ningún gobernador de la “vieja política”, había sido tan exhibido de esa manera y mucho menos Nuevo León.
Se puede considerar que ese exhibicionismo es golpeteo político federal. Como dijo Adán López en su reciente visita al estado. “Eso es lenguaje político”.
Pero el calificativo de “engañoso”, Samuel García, debe aclararle al pueblo de Nuevo León, si ya está el proyecto ejecutivo del “Acueducto Cuchillo 2”.
Porque en sus promocionales, el joven gobernador, asegura que ya resolvió el problema del agua y que NL no volverá a padecer por la falta de agua.