Por Salvador Hernández LANDEROS.
Ojalá que no, que el Dr-3 no salga igual que el de la 4T y su dicho de que “a mí no me vengan con que la Ley es Ley”, porque entonces sí, valiendo “máuser”.
Y es que, como queriendo y no queriendo, Samuel García Sepúlveda, está convirtiéndose en una copia fiel del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque ustedes no están para saberlo, y yo sí para contárselos. Hace unos días, el gobernador se reunió con los de Sinergia Deportiva, es decir, los Tigres.
Quesque fue para dar el banderazo de un estacionamiento que será parte del futuro Estadio. Mientras tanto, miles de tigres rugen por un camión urbano.
Pero eso nada tiene que ver con que “a mí no me vengan con que la Ley es Ley”. Lo que pasa es que la SCJN le pegó a Samuel, donde más le duele.
El gobernador va a tener que repartir el controvertido fondo de 2 mil 500 millones de pesos, principalmente, entre sus cuates, los alcaldes del PRIAN.
El fallo de la SCJN, le “calienta y le saca roncha” al joven gobernador, a quien, pese a sus tres doctorados, le desecharon por improcedente su controversia.
Lo peor de lo peor es que con ese fallo, fueron exhibidos el alcalde emecista de Santa Catarina, Jesús Nava y otros ediles de Movimiento Ciudadano.
Si recuerdan, hace meses, el gobernador, negó pagar el fondo, principalmente a los del PRIAN y empezó a comprar a varios alcaldes, “por las buenas”.
Además del alcalde de Santa Catarina, quien fue el primero, también le entró a esa oferta de “por las buenas”, la alcaldesa de Allende, Patricia Salazar.
Ese fallo ni Dios lo quita. A Samuel no le quedará otra que pagar o pagar. Y volver a otros doctorados, al fin que AMLO, se tardó 14 años en titularse.
