Por Salvador Hernández LANDEROS.
Enrique de la Madrid, por antecedentes profesionales, políticos y familiares, se perfila como uno de los tres mejores aspirantes a la presidencia de México.
Sin embargo, en su visita al Estado quedó a deber y no propiamente por él. Tan quedó a deber que, en términos fetales, quedó como producto nonato.
Salvo en la reunión ciudadana que De la Madrid sostuvo en San Pedro Garza García, en las demás fue como las de la “vieja política” y ni siquiera revolcada.
La dorada clase política priista fue representada por tres exgobernadores. Sócrates Rizzo García, Benjamín Clariond y José Natividad González Paras.
En la sede del Partido Revolucionario Institucional con “distinguidos priistas”, González Paras fue el orador, señal de que “el nativismo” vuelve al poder.
En “el parto” que supuestamente sería para destacar a Enrique de la Madrid, no hubo tal. El producto se gestó hace semanas, pero nació muerto, fue un “óbito”.
En San Pedro, el aspirante presidencial del Frente Amplio se reunió con integrantes del Frente Cívico Nacional y Poder Ciudadano, o sea, con panistas.
Cuentan que el coordinador de los eventos llevados durante viernes y sábado, el coordinador fue José Natividad, lo que para algunos fue ofensa al priismo.
Quien tuvo una participación muy discreta, fue el presidente del PRI en NL, José Luis Garza, a quien vieron relegado en la coordinación de los eventos.
Como que su participación, junto con Hernán Salinas y Sylvia Elizondo, dirigentes estatales del PAN y PRD, fue sumisión ante la coordinación de Nati.
Dicen que la próxima visita de otro aspirante a la presidencia de México, será la de Beatriz Paredes. Y los priistas aspiran que no sea “Nati” el coordinador, por el bien del PRI.
