Por Salvador Hernández LANDEROS.
Samuel y Pámanes, conste, son dos doctores que no curan. Y, por tanto, tampoco tienen la receta para curar de susto a los espantados nuevoleoneses.
El gobernador Samuel García le rehúye al tema de la seguridad y, por ello, no acude a las reuniones regionales donde se toca el tema de la criminalidad.
Por su parte, Gerardo Saúl Palacios Pámanes, secretario de seguridad pública estatal, se refugia en la comunicación digital y con un medio que le da soporte.
El gobernador sube vídeos para enfrentar a los diputados que lo están “jodiendo”, pero, ni verbalmente, a quienes están “jodiendo” a la sociedad.
Se va a cumplir un año de que Pámanes asumió la titularidad en SSP. Ofreció cambios para subir de piso las acciones de FC y están abajo por “N” casos.
Samuel García evade su responsabilidad ante la inseguridad. Le echa culpa al gobierno federal “porque no tiene una política nacional contra la violencia”.
No sólo eso, se “pitorrea” del presidente, destacando que “cuando el País está en llamas, no se puede pedir que Nuevo León sea como Dinamarca”. (sic)
Entendemos que, combatir la inseguridad que se vive en NL, no es cosa fácil, ni tampoco que se arriesgue la vida de los policías, pero ni de los civiles.
Es importante que se pertreche bien a los elementos de Fuerza Civil. Que se les pague bien a todos, por nómina transparente, para evitar los asegunes.
El ciudadano entiende que las ejecuciones de hombres y mujeres son por el control de las drogas, pero el cobro de piso y robo de vehículos, son otro rollo.
Y pues que se olviden de los doctorados, baste nombrarse como gobernador y secretario de seguridad, porque, como doctores, se ofende a los médicos, que atienden la salud y hasta espantos.
