Por Salvador Hernández LANDEROS.
¡Ya chole!… Lo que se vio no se juzga. El emblemático Zócalo de México se llenó hasta el tope el pasado 18 de marzo y aún lo celebran y lo critican.
A eso, López Obrador le sigue sacando jugo. Con acarreados o no, se llenó. Y sus contrarios, los conservadores, andan alarmados y acalambrados.
Andrés Manuel hace lo que sabe hacer, lo ha hecho siempre. Sabe usar los recursos. Como la difusión oficial y lo hace a diario en sus “mañaneras”.
El Zócalo se ha usado en todos los sexenios. Para dar oxígeno al presidente en turno, hayan sido del PRI o PAN, incluso en protestas, como las del 68.
Eso no fue un triunfo del presidente. Aprovechó el momento para decir lo que se le vino en gana. A él le gusta la “madereada” y eso lo envalentona.
Lo del 18 de marzo ya pasó, a darle vuelta a la página. El Zócalo se llenó y ya pasó, como ha pasado en otras ocasiones. No hace mella y no debe dar “mello”.
Hay tres fechas en que se llena el Zócalo y se replican en todo el País. El 15 de septiembre, el 8 de marzo y 26 de febrero. El Grito, Día de la Mujer y el INE.
Cuando AMLO llene el Zócalo y se replique en el País, por fervor patrio, respeto a la mujer y la democracia, estaremos frente a un estadista de verdad.
Ahora que, sin confundir las paridas con las preñadas, en México hay una fecha muy especial que cualquier presidente o estadista, ya la quisiera para él.
El 12 de Guadalupe, en la explanada de la Basílica, como en todas las parroquias del País, se congregan los mexicanos para honrar a la Virgen de Guadalupe.
Y no sólo ese día. Durante 12 días antes de la fecha, hay miles de peregrinos que van a manifestar su FE. En la historia, ningún presidente ha logrado eso.
Así que ¡Ya chole! con eso de que López Obrador llenó el Zócalo…