Por Salvador Hernández LANDEROS.
Al secretario de Seguridad del Estado, Gerardo Palacios Pámanes, por su promesa de bajar 45 % la criminalidad, deberían de bajarle también su sueldo.
Junto con él, bajarle el sueldo al eventual Fiscal del Estado, Pedro Arce, pues juntos asumieron ese porcentaje al reducir los homicidios a fin de sexenio.
Visto eso en ambos funcionarios, seguridad e investigación, se podría traducir en una efectividad de menos de la mitad lo cual manifiesta incapacidad.
Haciendo sumas y restas, porcentajes y realidades, se puede deducir que el 45% de los ciudadanos estarán seguros, en tanto el resto, con riesgos altos.
Tampoco podrían ofrecer bajar al 100 % la criminalidad, lo cual se hubiera visto cómo una utopía, pero al menos el ciudadano les daría un voto por su esfuerzo.
Para la población sería de beneficio una sociedad sin, homicidios, feminicidios y atracos, pero ante las adicciones y otras causas, no es posible.
En una mesa de análisis “Violencia en NL, ¿cómo frenarla? en el periódico El Norte, Pámanes prometió nada más la cifra de 558 homicidios en el 2027.
Ni Pámanes ni Arce, son “unas chuchas cuereras” para la prevensión y la investigación, ambos no son de carrera, son producto de la improvisación.
El secretario es un teórico y Arce un eventual. Según ellos estuvieron en las crisis de violencia del 2011 al 2015 y “lograron una reducción significativa”.
La población anhela vivir en Paz, sin sobresaltos y sin miedo de que los asalten, atraquen en sus negocios y eso involucra a todos, no sólo a policías.
La seguridad es un tema serio, no vale presumir diciendo: “No desconocemos el reto y venimos a lograrlo otra vez”. Eso sonó a un “Batman y Robín”.
