Estado, cómplice del microbio.

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Por Salvador Hernández LANDEROS.

De acuerdo al avance de un particular estudio en diversas zonas del área metropolitana, resultará que el Estado es, en la práctica, cómplice del microbio.

Esto es un añejo problema que afecta a la población en su salud a través de los alimentos, nada higiénicos, que se consumen o ingieren a diario en la calle.

El microbio es una diminuta forma de vida que no se ve a simple vista. La ciencia explica que todas las bacterias sin microbios, pero no todos los microbios son bacteria.

En el estudio hay apartados que explican qué es el Microbio y qué es la Bacteria. Igual otros sobre la función del Estado y municipios para cuidar la salud.

En nivel local, el Estado es rector y responsable sobre la salud pública y, los municipios, en teoría, son coadyuvantes para mantener una sociedad sana.

Un ejemplo visto a diario en las calles de Monterrey. Padre Mier, Juárez, Morelos, Colegio Civil y otras, están pletóricas de vendedores ambulantes.

En esta temporada de altas temperaturas y con crisis por el vital líquido se ven decenas de “carritos” ofreciendo “aguas frescas”.  ¿Quién les surtió el agua?

Lo patético está en los pringosos puestos frente a hospitales, clínicas y unidades del IMSS. Lo bueno que, ya contagiados, tienen cerca la atención médica.

Los puesteros tienen un permiso del departamento de Pisos de los municipios que recaudan ingresos, pero escasamente tienen el permiso de salud pública.

El ambulantaje era un problema social populista de la “vieja política”. Hoy es diferente. Abarca migración, inseguridad y adicciones. Aún falta más.

Pero por lo pronto, en salud, que la doctora Alma Rosa Marroquín desquite la presea, porque no todo es pasarela para informar del Covid y sus vacunas.

chavalolanderos@yahoo.com.mx