Por Salvador Hernández LANDEROS.
Desde hace días circula un portal donde se asegura que Aldo Fasci presume en su currículo vite un doctorado de una universidad que es “fantasma”.
Dice Hugo Gutiérrez que Aldo miente. Es falso su doctorado sobre Comercio Internacional en la Universidad de Brantrigde, Inglaterra, la cual no existe.
Debe ser cierto. El secretario de Seguridad no ha desmentido al periodista. Su postura hace pensar que su jefe, Samuel García, podría estar igual que él.
De hecho, hay políticos que podrían cuestionar al gobernador por sus tres doctorados. Waldo Fernández, sería uno y lo exigiría por Transparencia.
De hecho, sí le reconocen el doctorado que llevó en el ITESM, porque de los maestros que le asignaron, hay alguno que hoy trabajan en su gabinete.
Del segundo hay dudas, porque en algún medio se publicó que lo había obtenido en una Universidad “patito”, a cargo de un “doctor” de apellido Cubillas.
Y del tercero, aún no lo ha concluido. En aulas de la UANL, coordinadores y maestros que le ayudaron en sus trabajos, dicen que le falta la tesis.
Será el sereno, pero cuando el río suena, piedras lleva. Por su imagen y credibilidad, Samuel debe aclarar si presentó o no la tesis, porque si no, no vale.
Qué sucedería si aún no ha obtenido el tercer doctorado. La neta que sería una “zoncera” peor que las del “vaquero”, porque ese ya se fue.
La verdad es que, con doctorados y maestrías, el que nace para maceta, del corredor no pasa. Para ser un buen gobernador se necesita mucha capacidad.
Un ejemplo que no se olvida es Don Alfonso Martínez Domínguez. Sin ningún título ni profesión, para muchos, el mejor gobernador que ha tenido Nuevo León.
Y un vice gobernador, DON Víctor Gómez Garza, un simple contador público, sin doctorados ni maestrías. Fue tesorero con cuatro gobernadores y nunca endeudó al Estado.
