Por Salvador Hernández LANDEROS.
Retomo una frase que cuelga en una de las paredes de mi refugio, un espacio que muchos, en forma muy ordinaria, le llamamos biblioteca.
No tengo idea de quién es la frase, ni me la atribuyo. “El silencio oportuno sigue siendo un lenguaje maravilloso que muy pocos aprenden”.
A nuestro nuevo gobernador le da mucho por hablar. Lo escuché decir en la televisión que “con los mejores hombres del Estado (en su gabinete) iba a trabajar”.
Sin ser misógino y sin querer ofender al resto de los hombres de NL, de seguro quiso decir que conformó su gabinete con los mejores perfiles que le recomendaron en la IP, así como con sus compadres y amigos.
Pero si entre esos mejores elementos para repetir en el cargo están el tesorero Carlos Garza y Aldo Fasci en la seguridad, nos cambia todo el pasado.
Quienes juzgamos a “El Bronco”, le debemos una disculpa. Su administración fue honesta y los muertos y robos, fueron calentura de los medios.
En su gobierno no hubo “cobijagate”. Tampoco “Bronco-suegra” y ni siquiera el “Dronco fraude” y queda exonerado de su guajiro sueño presidencial.
Jaime Rodríguez no tiene porqué huir del Estado como lo hizo Rodrigo Medina. Quién lo acuse de corrupto, nomás que le pregunte a Samuel o al tesorero.
Reivindicar a “El Bronco” a través de Carlos Garza y Aldo Fasci, pone en entredicho la credibilidad del periódico El Norte, que, en los últimos tres años, barrió y trapeó con su honorabilidad como gobernador.
Que desprestigió para este y otros medios ante sus lectores, quienes, durante esos años, todo parece indicar, sólo nos vendieron mentiras y noticias falsas.
