Por Salvador Hernández LANDEROS.
El viejo adagio policial que advierte, “El que la hace, la paga”, no falla. Va alcanzar a esos priistas que traicionaron al PRI para conservarse en el poder.
Esos traicioneros que operaron en contra para que perdieran los candidatos a la gubernatura y la alcaldía de Monterrey, hasta podrían ser exhibidos.
Según se dice, algunos traidores están incrustados en los municipios de Apodaca, Guadalupe, Juárez, Santiago y otros, gobernados por el PRI.
No piensen mal. No se está señalando de traidores a los alcaldes. Según esto, podrían ser subalternos y trabajadores que operaron a favor de Samuel.
Tampoco se trata de una “cacería de brujas”, ni siquiera es contra todos aquellos “políticos de nivel” que abiertamente simpatizaron con Clara Luz.
A Felipe Enríquez, Héctor Gutiérrez, Pedro Pablo Treviño, Mario Guerrero y otros más, no se les considera traidores, en todo caso, priistas inconformes.
Pero de que se exigirá su expulsión, de eso no se escapan. Integrantes del Consejo Político están “enchilados”. Operaron contra el PRI sin salir de él.
Los traidores identificados son de la “vieja política”, con muchas tablas. Muchos no están en activo, porque, gracias al PRI, llenaron sus bolsillos.
Son perversos y mañosos que, algunos por su edad, ya no tendrán espacio ni oportunidad, para dentro de 3 o 6 años, es decir, ya se les fue el avión.
Y para que le encuentren cómo estuvo la traición en el PRI, analicen porqué, Fernando Larrazabal igual perdió en los municipios gobernados por el PAN.
Un ejemplo. En San Nicolas de los Garza, feudo de “Los Chefos”, ganaron sus candidatos con miles de votos. Y también con miles… ¡Samuel García!
