La defensa de Colosio.

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Por Salvador Hernández LANDEROS

A la guerra hay que ir armado, si no, a qué se va. Y tal pareciera que Luis Donaldo Colosio, en lugar de ir a una guerra política, lo enviaron al paredón.

Una contienda política no se gana por herencia, ni tampoco con sentimientos. Se requiere que haya estructura, estrategia y mucha inteligencia.

La “jugarreta legal” que denuncia le prepararon sus adversarios por la alcaldía de Monterrey, sólo la puede ganar con recursos legales y la Ley Electoral.

A Luis Donaldo, su apellido lo salva de las críticas y le sirve con cierta mercadotecnia, pero él, él en sí, su bagaje político aún no pesa y debe ganarlo.

En el affair que sostiene contra Francisco Cienfuegos por lo de su domicilio residencial, se ve abandonado, sin apoyo de Samuel García o Agustín Basave.

En su primera defensa se notó perdido en sus declaraciones. Se las repetimos para que no caiga en sus mismos errores, al salvar este primer obstáculo.

“Francisco Cienfuegos sabe que si se deja decidir a la gente él pierde” (sic). De ser como dijo, entonces, quién decidió para que él llegara a diputado local.

“Tiene miedo (Cienfuegos) por eso recurre a sus mañas leguleyas, por eso le ordena a Adrián que no me de la Carta de Residencia. Es una pantomima”.

En qué cabeza cabe, decir que Cienfuegos “le ordena a Adrián”. Acaso él (Colosio) le ordena a Samuel. A la mejor si le pidió, pero ordenarle, se duda.

“Cienfuegos sembró trampas por todos lados tratando de impedir que yo sea candidato” (sic). Según se sabe, a él ya lo postuló su partido, el MC.

Asegura que “desde el 2008 establecí ahí mi domicilio” y agrega, “la casa nunca ha estado abandonada”. Y eso, es lo que debe demostrar, y se acabó.

chavalolanderos@yahoo.com.mx