Por Salvador Hernández LANDEROS.
Con toda certeza puedo decirles que la gran mayoría de los elementos que
conforman la actual Policía Ministerial no saben, ni por asomo, lo que hace 46
años significaron en esa corporación las siglas E.R.O.E. de la PJE.
Con esas iniciales se identificaba al grupo denominado “Equipo de Rescate y
Operaciones Especiales”, una unidad elite de la entonces Policía Judicial del
Estado al cual se integraron agentes con el requisito de no contar con más de
30 años de edad, además de algunas capacidades.
El E.R.O.E. era un grupo similar, no una copia del SWAT, (en inglés: Special
Weapons And Tactics; en español: Armas y Tácticas Especiales), un equipo o
unidad de élite incorporado desde 1967 en las fuerzas de seguridad policial de
Estados Unidos.
Aquí, sus elementos fueron entrenados para operaciones de alto riesgo, fuera de
las capacidades de las acciones regulares, como el rescate de rehenes, la lucha
contra terrorismo y operaciones contra grupos armados.
El Grupo E.R.O.E fue formado a mediados de 1974 por Carlos G. Solana
Macías, designado Director de la PJE por el Gobernador Pedro G. Zorrilla
Martínez, quien procedía de Acapulco, Guerrero, e impuesto aquí por
Fernando Gutiérrez Barrios, uno de los más conocedores de la investigación
policial a nivel nacional.
En ese entonces, en Nuevo León, al igual que en todo el País, los cuerpos de
seguridad, incluyendo la “Brigada Blanca” enfrentaban a la guerrilla urbana
conformada por los grupos subversivos identificados como Los Lacandones,
Espartacos, MAR y, principalmente, la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Oficialmente el Grupo E.R.O.E. fue presentado a la ciudadanía la mañana del
20 de noviembre de 1974, durante el tradicional desfile cívico-deportivo que se
llevaba a cabo para conmemorar el Aniversario de la Revolución Mexicana,
movimiento surgido por la lucha de las clases sociales.
Ese día, quienes acudieron a presenciar el desfile, se quedaron asombrados al
ver que, desde un helicóptero en pleno vuelo se dejaban caer los elementos de
la PJE que se deslizaban a través de cuerdas, ataviados con su uniforme negro,
casco, botas y sus metralletas MP 5.
En el Estado, las actividades subversivas se detectaron, circunstancialmente, el
20 de julio de 1971 cuando dos agentes judiciales acudieron a la calle Vista
Ocaso de la colonia Linda Vista a investigar lo que parecía un contrabando y se
dio el primer enfrentamiento entre subversivos y policías.
Ahí resultó herido el agente Cesar Garza quien “la libró” al protegerse en un
ancho poste de cemento. Los “guerrilleros” huyeron y entre ellos se identificó
a César Yáñez, quien se conocería después como “El Hermano Pedro”, hijo
del doctor Margil Yáñez, y sobrino del exalcalde del municipio de Guadalupe,
Adrián Yáñez.
Siete meses después, el 17 de enero de 1972, se dio el enfrentamiento en el
Edificio 7 de los Condominios Constitución donde murió el agente judicial José
de la Cruz Mauricio, hijo del líder croquista José de la Cruz y resultó herido el
jefe de grupo, Héctor Villagra Caletti, quien después llegó a ser el Director de
Investigaciones de la PJE.
En esa época la Policía Judicial del Estado no contaba con vehículos como en
la actualidad. Eran “Rambler y Vochos”. Los judiciales portaban el revólver
Colt, calibre .38 especial corto de 6 tiros. La comunicación radial era muy
limitada y sin el abecedario policial.
Así mismo las corporaciones policiacas, ni la preventiva ni la investigadora,
contaban con la capacitación que ya se requería. El Grupo E.R.O.E. fue el
primer grupo que se preparó para actuar en situaciones de máximo riesgo.
Años después se formaron otros en las policías preventivas hasta llegar a lo que
actualmente se conoce como Fuerza Civil.
Carlos G. Solana Macías estuvo casi tres años al frente de la Policía Judicial.
(1974-75 y 76). Su visión policial revolucionó los procedimientos de la
investigación y preparación de los elementos. Se dotó de mejor armamento y
vehículos (“Formas”) marca Ford Maverick, cuatro puertas, 8 cilindros,
modelo1974.
Sin embargo, Solana Macías tuvo acciones negativas, como el dividir a los
agentes locales, el Grupo “Los Raules”, contra los que él trajo del D.F. y del
Estado de Guerrero, Grupo conocido como “Los Acapulcos” que le resultaron
muy costosos al gobierno.
El líder del STASE, (actual SUSPE) Rolando Fernández Guajardo, defendió a
los judiciales locales y con paros escalonados exigió al Gobernador la renuncia
del director policiaco, negociando un bono quincenal en el Día del Burócrata,
además de otras prestaciones vigentes y un segundo mes de aguinaldo que hasta
la fecha se paga a los trabajadores del Estado
Ese histórico Grupo E.R.O.E, muy temido en ese entonces, era encabezado por
el comandante Pedro Canizales, e integrado por César Cortés “El Campeón”,
Ovidio Solís “El Bronco”, Raúl Romero “El Tiburón” y José Antonio Álvarez
Pedraza “El Patroncito”, todos ellos ya fallecidos.
Otros que aún permanecen en este mundo y dignos de un reconocimiento son
Nicolás González Vallejo, Prisciliano Vázquez, Juan Flores El Borrado”,
Alfredo Enríquez “El Baretta”, Ángel Cital y Francisco “Pancho” Rayas.
Todos ellos, en diferentes acciones, expusieron sus vidas para salvaguardar la
tranquilidad de los habitantes de este Estado y este viernes cumplieron 46 años
de que “debutaron en sociedad” lanzándose desde el helicóptero del Grupo
E.R.O.E.
PD.- Este evento lo publicaron El Porvenir, El Norte, Más Noticias y Tribuna
de Monterrey. El Diario de Monterrey, hoy Milenio, no lo publicó porque su
primer ejemplar empezó a circular el 22 de noviembre de 1974.
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