Por Salvador Hernández LANDEROS.
Se interpretan como un “mea culpa” unas palabras de Tatiana Clouthier, en su declaración a El Norte, sobre su denuncia por difamación y violencia política.
La exsecretaria de Economía acudió a la FGJ para ratificar la denuncia penal contra Alfredo Jalife Rahme, presentada el 1 de este mes de diciembre.
Denuncia Tatiana que Jalife Rahme se ha dedicado constantemente a “difamar, acusar de entreguista y hasta de ensuciar mi buen nombre”.
Ella tiene el derecho de acusar a quien con ligereza y sin razón la difama, igual a como lo hace el presidente en “todas sus mañaneras” con otras personas.
Al medio de comunicación le declaró: “Que las acusaciones (de Jalife Rahme) le están perjudicando tanto en lo personal como en el futuro profesional y político que pudiera tener”. (sic)
Por lo expresado en el anterior párrafo, podemos entender la sinceridad que tiene con ella misma, pues su actividad política está en un nivel de crítica.
Su nivel actual no está nada comparado con el que tenía cuando era una joven militante del Partido Acción Nacional y censuraba a los de la izquierda.
Su activismo político superó los niveles ideológicos de militantes del PRI, Frente Cardenista, PRD y PT, hasta que llegó a las filas de López Obrador.
Se le elogió cuando censuró al presidente Andrés Manuel por la designación de Manuel Bartlett. El “había una elección mejor”, se diluyó en un letargo.
“Su futuro político que pudiera tener”, está claro oscuro. Tal vez le reclamen que el “estar y trabajar con Obrador, no fue un honor”. Eso depende del INE.
Eso puede haber sido un error y vale un “mea culpa”. Y Habrá quien le recuerde con la canción de Cornelio Reyna que dice: “Me caí de la nube que andaba”.